Migraciones Transversales

Durante las dos últimas décadas del s.XX, y las primeras del s.XXI, con motivo de la mejora de las condiciones económicas y condiciones de vida en las ciudades españolas, que previamente habían sufrido los procesos previos de absorción de la emigración rural de los años 50 a 70 del s.XX, se empiezan a producir una serie de movimientos migratorios individualizados en el entorno de las áreas urbanas y periurbanas de diferentes ciudades.

Se trata de familias que cambian de residencia y condiciones de vida, y buscan un nuevo modo de vida, en entornos próximos a la ciudad donde viven y trabajan, que les permita residir en lugares vinculados al ámbito rural (huertas o campos), pero no alejados de su entorno urbano que les proporciona relaciones sociales, humanas y laborales.

Comienza así un doble proceso de emigración periurbana. Por una parte, el proceso ordenado de creación de las nuevas urbanizaciones periurbanas, de vivienda unifamiliar, aislada y/o adosada, ligada a instalaciones deportivas, urbanizaciones cerradas y separadas de otras similares.

Por otra parte, un proceso espontáneo, no regulado, por el cual muchos ciudadanos, de manera individualizada, van adquiriendo predios, de mayor o menor tamaño, en el mundo rural periurbano, y edificando una vivienda unifamiliar. Se trata de un proceso continuo, no ordenado, que produce efectos territoriales y urbanísticos a medio y largo plazo.

Especialmente de interés para este bloque es el estudio de los efectos territoriales de esta segunda modalidad de emigración al entorno periurbano. Es significativo este proceso, cuando se produce en entornos rurales de parcelación minifundista, como son los casos de las vegas o huertas tradicionales de determinadas capitales españolas (Murcia, Valencia, Granada…) por cuanto la capacidad de generar una dispersión urbana de viviendas no planificada, y no regulada en muchos casos, es muy superior a la de entornos con predios de gran tamaño.

Áreas periurbanas que se rururbanizan dando lugar a nuevos modelos de ciudad difusa, por acción directa del hombre, pero en muchas ocasiones sin control directo de la legislación urbanística. Áreas periurbanas de difícil encaje en los nuevos planeamientos urbanos, de difícil y costosa dotación de servicios, equipamientos, infraestructuras o estándares de espacio público. Áreas perirurbanas, en definitiva, muy complejas, que establecen unos nuevos retos para el urbanismo y el territorio del s.XXI.